jueves, 17 de diciembre de 2009

25 (por el recto se la inserto) de Diciembre Fun Fun Fun

Ya están aquí, ya llegaron… y aunque parezca la típica frase que diría una niña en una peli de extraterrestres, debo decir que no (sólo por esta vez…). Llega la Navidad, con sabor a mazapán, a turrones y a ¿bondad?.

Ahora mismo (es un decir, no se agobien), todos comenzamos a preocuparnos por lo que debemos regalar y nos ilusionamos con lo que nos podrán regalar. Corremos hacia las tiendas, compramos lo que creemos que le gustará a nuestro ser querido (o suegra) y volvemos exhaustos y con una cartera anoréxica a nuestra casa, hospital mental o penitenciaría de turno, que alimentamos a base de “raciones” cada vez que pasamos por el cajero y nos sentimos satisfechos con lo que hemos hecho porque sabemos que agradará a otra persona que, lamentablemente, también estará pasando por lo mismo.

Cada español se gastará una media de 600€ estas Navidades en regalos. No hablemos ya de fiestas de fin de año (no confundir con fin de ano, también llamado esfínter), reyes (el del mensaje de Nochebuena no, otros) y un largo etcétera de celebraciones destinadas a explotar a nuestra pobre amiga anoréxica (como dijo el productor de Ally Mcbeal cuando alargó una temporada) y… he aquí la reflexión de un pobre (literal) loco: pongamos el ejemplo de un matrimonio sin hijos (Pepa y Avelino) que se hace regalos el uno al otro sabiendo cuales son sus gustos y preferencias con cuestionable resultado. ¿Acaso no sería mas lógico y práctico que cada uno se comprara lo que desea? ¿O es que somos tan hipócritas e infelices que necesitamos una relación de reciprocidad, signifique lo que signifique semejante palabreja, en una época como la navidad? Se supone que la navidad promueve el afecto y la concordia pero, no es más que una expresión de narcisismo descontrolado que, muy a nuestro pesar, a calado tan hondo en nosotros mismos que somos incapaces de verlo con un mínimo de claridad.

Espero que esto les sirva de argumento para no hacer regalos estas Navidades, que son las más empinadas (no sean pervertidos) que recuerdo.
Y no, no soy Leopoldo Abadía, aquel anciano que se esta forrando con la actual situación del mercado (las verduras están carísimas), pero sí es cierto que ha dado en el clavo con su famosa “crisis ninja”…la de palos que nos está dando.

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